El Jardín Botánico de la Universidad Lomonósov organiza en 2011 el campamento de verano internacional de voluntariosMoscú verde”, en el que jóvenes de diversos países llegan a la capital rusa para estudiar plantas raras y cuidarlas. Jóvenes de Alemania, Francia, Hungría, EEUU, Serbia, Corea del Sur y, por supuesto, de Rusia, escardan con arado iris, flox, peonías y rosas, y retiran la basura.

Los jóvenes trabajarán en dos turnos: del 3 al 17 de julio y del 23 de julio al 7 de agosto. Por lo demás, los organizadores planificaron también un interesante programa cultural. Próximamente, los voluntarios visitarán el Kremlin de Moscú y el Museo de Agronomía de la Universidad.

 

Los planes del turno 2011 incluyen la creación de un nuevo conjunto de jardinería, “Villa Esmeralda”. Este nombre poético fue sugerido por el conocido cuento sobre el bien y la ayuda mutua “El mago de la ciudad Esmeralda” (versión rusa del norteamericano “The Wonderful Wizard of Oz”).

Los autores del proyecto decidieron brindar a las personas con posibilidades físicas limitadas y con minusvalía visual la oportunidad de “ver” y sentir toda esta belleza. Es un terreno en el que la exposición estará hecha de suerte que las personas con minusvalía visual puedan palpar u olfatear las plantas, pues es posible saber de ellas mucho sin verlas. También se planifica tender un caminito con diversos tipos de revestimiento para que se pueda andar descalzo: guijarros con conchas, corteza, arena. La tarea consiste en dar a los invidentes la posibilidad de sentir más impresiones.

Entre los voluntarios no hay biólogos profesionales. Sin embargo, la selección fue bastante rigurosa. Los deseosos de trabajar en el jardín botánico de la Universidad Lomonósov remitían las llamadas cartas de motivación a través de las cuales argumentaban su propósito de ir a Moscú. Se daba preferencia a cuantos tenían su jardincito o eran aficionados a la ecología.

El campamento pasa a ser durante todo el verano el centro de la vida del campus. Sobre todo este año, en el después de la lluvia glacial que azotó a la capital en invierno quedó afectado el dendrario del Jardín Botánico.

El año pasado, cuando en Moscú hacía un calor anómalo, la ayuda de los voluntarios resultó inapreciable. Durante días enteros los jóvenes regaban las plantas, lo que salvó sus colecciones únicas. Estas son no pocas en el Huerto Farmacéutico, como se llamaba antes el Jardín Botánico de la Universidad Lomonósov. Se trata de plantas tropicales y subtropicales raras, entre ellas palmas seculares.

La edad de algunos árboles asciende a 300 años, entre ellos se encuentra el sauce blanco, uno de los arboles más antiguos de Moscú, y un alerce plantado por el emperador Pedro I. Es él quien fundó el Huerto Farmacéutico en 1706 para cultivar plantas medicinales.