El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha abierto un nuevo campamento de refugiados esta semana, en la ciudad etíope de Tongo, para acoger a las miles de personas que han huido de la violencia en la región sudanesa de Nilo Azul. Hasta el momento el campamento ha dado cobijo a 533 personas, que han sido trasladadas allí fundamentalmente desde Kurmuk, el principal punto de entrada en la frontera, situado a 200 kilómetros al noroeste de Tongo.

También se han trasladado a este campamento, con una capacidad inicial para 3.000 personas, desplazados desde las áreas fronterizas de Bamza y Almahal. En el último mes se han visto unas 30.000 personas que han abandonado el estado de Nilo Azul para huir a Etiopía, a causa del recrudecimiento de las batallas entre el Ejército sudanés y el Ejército de Liberación de Sudán.

 

Con refugiados llegando sin cesar a la frontera, ACNUR está trabajando con el gobierno de Etiopía y la Organización Internacional para las Migraciones para acelerar el traslado de estas personas a localizaciones más seguras, ya que la frontera no es segura por su proximidad a las zonas de conflicto en Nilo Azul. Alrededor de 16.500 personas están instaladas en las comunidades locales cerca de los puntos de entrada de la frontera y el resto están en campamentos.

En los comienzos de este flujo de desplazados se trataba mayoritariamente de mujeres, niños y ancianos, generalmente en buen estado de salud, mientras que los hombres permanecían en sus hogares para proteger sus pertenencias.

Sin embargo el personal de ACNUR en la frontera ha constatado la llegada de hombres heridos en la última semana.